Sí, amigos triscaidecafóbicos, han pasado casi trece años desde la última publicación en El Templo del Mal Gusto. Cual horror primigenio permanecíamos en letargo en las profundidades de internet, rollo tercera o cuarta página de google, sin la intención de despertar de nuevo tras ese largo sueño...
Y sin embargo, un reciente suceso ha hecho que germine en mi interior la irrefrenable necesidad de escribir de nuevo en El Templo del Mal Gusto. Y no ha tenido nada que ver con que Fender haya vuelto a sacar la Squier de Hello Kitty...
...tampoco con que vendiera la infame BC Rich del tanga a un ruso. Se fue encantado con ella, aunque me dijo literalmente que "creo que a mi mujer no le va a gustar tanto"...
...ni con que las redes sociales que nos hicieron abandonar los blogs y foros ahora sean estercoleros llenos de bots, publicidad, noticias falsas y nazis...
...ni con que Michael Angelo Batio haya entrado como guitarrista en Manowar...
...ni porque se me haya aparecido el fantasma del Pulpo para preguntarme dónde está el baño...
...tampoco con que Behringer sea ahora una marca respetada y vayan a sacar un clon del Klon...
...ni porque Slash haya ganado por vigésimo octava vez el premio a Mejor Guitarrista según los lectores de la Heavy/Rock...
...tampoco con que Donald Trump haya sacado una marca de guitarras americanas fabricadas en China...
...ni que Gibson haya amenazado con denunciar a Trump por copiar la Les Paul...
...ni por todos aquellos que me venían en los Encuentros a decirme que El Templo era la hostia y rogarme que volviera escribir por aquí...
...(aunque éstos últimos casi lo consiguen)...
Ninguno de esos motivos ha sido suficiente. Desde hoy, las acústicas no solo sirven para joder el Encuentro. También sirven para resucitar un blog al que todos, incluso el que suscribe, dábamos por muerto...
Os presento a la culpable: la Gretsch G5034TFT Walker Texas Rancher
La horrenda visión se originó en el muro de Facebook de Rubén Hernández, conocido por ser un paraíso de buen rollo y armonía con la dulce melodía de timples canarios sonando en el ambiente. La visión de esa acústica, la primera guitarra acústica que aparece en El Templo, despertó ese deseo que nos tiene aquí ahora... ¿Qué tiene de especial esa guitarra? Metámonos en el fregado poco a poco para evitar un corte de digestión como decían nuestras madres...
¿Una pastilla en el mástil? Bueno, ya se ha visto otras veces. Es feo y, existiendo previos discretos y sistemas con piezo, se antoja algo innecesario. Además que todo guitarrista acústico echará de menos esos últimos trastes para hacer tapping...
El agujero no es redondo. Qué moderno. Qué art-decó... ¡Qué Gretsch es ese agujero! Viene a poner punto y final a la eterna disputa acerca si hay más púas en el filtro de la lavadora o transformando guitarras acústicas en divertidos sonajeros. Como si fuera la papelera de una heladería, esa abertura incita a arrojar a su interior todas nuestras púas en una vorágine de rianga-rianga... Pero todo esto no es suficiente... ¿Veis esa puntita metálica? Cogedme de la manita y asomaos al abismo conmigo...
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Al principio pensé que le habían puesto un caballete para así poder prescindir de los siempre engorrosos apoyos pero ¡me cago en la puta! ¡¡LE HAN PUESTO UN BIGSBY!! ¡Ni Rafa Marín en sus peores delirios tendría semejante ocurrencia! Todos hemos visto esas galerías del horror en las que aparecen reparaciones a las que llamarles "chapuza" es generoso, usando ganchos y alcayatas para reparar guitarras. En todas ellas aparecían acústicas con un Floyd Rose o con un vibrato y la correspondiente tapa levantada. Y hasta entonces nos hacía gracia. Pero llega Gretsch y quiere que le des dinero por ello... Una de las mayores corporaciones mundiales de fabricación de instrumentos ha decidido que el mercado necesita de acústicas con Bigsby para destacar de sus competidores. Y lo que es destacar, ¡vaya si destaca! Pero si venden más de una docena ya lo pueden considerar un éxito rotundo.
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Y no es coña. Podéis pensar, como pensé yo al ver este engendro por primera vez, que era un montaje cutre de photoshop, pero no. La guitarra está a la venta por unos 1.000 €. Os pondría el enlace de Thomann si me dieran pasta por ello, pero tendréis que buscarlo vosotros mismos.
Han pasado trece años y hemos vuelto gracias a esta Gretsch. Quizás nos quedemos aquí y pasen otros trece años o quizás me anime a seguir con estas chorradas porque nos hace falta reirnos un poco.
De momento, voy a dar de comer a Yngüi...
...Creo que debe tener hambre...
Alabado sea el monstruo del espagueti volador!!
ResponderEliminarPero entonces... ¿es una acústica que electricea o es una eléctrica que acustiquea?
Estoy en un sinvivir!!
Joder que alegría leerte por el pantano de internet otra vez
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